Yogjakarta

Llege a esta ciudad sin mucha esperanza, pensado que lo único interesante que encontraría seria la forma de llegar a los templos de Borobudur y Prambanan, desilusionado por lo que ya había visto de Java. Pero cuan equivocado estaba, tanto es así que los 2 o 3 días que pensaba pasar aquí se han conferido ya en una semana y posiblemente sean 1 o 2 mas. Quiero sacarle todo el juego que pueda a esta ciudad que rezuma Arte por cada esquina.










Yogja tiene varias cualidades y una de ellas es alejarse completamente del sentido de ciudad que tenemos. Se parece mas bien a un pueblo. Salvo en la zona norte y con pocas excepciones sus casas no superan el piso de altura. Es un placer pasear por las estrechas calles del Kraton o el barrio sur, las casas Javanesas tradicionales se funden en perfecta comunion con las mas modernas. Perdese por verdes callejones en los cuales las motos tienen dificultades para pasar y descubrir jardines llenos de pájaros cantores (el hobbie preferido de los Yogja, tener pájaros en casa). 






Los barrios de esta ciudad se caracterizan sobretodo por los espacios comunes que tienen los vecinos para compartir momentos, desde pequeñas casetas con una TV en medio hasta grandes plazas o paneles donde puedes leer el periódico, para luego sentarte a tomar un caffe en cualquiea de los miles de puestecillos que abundan, ya sean en carromatos o en las ventanas de casa particulares. 






La gente, siempre amable y educada, se sorprende cuando ve a un bule pasear por su barrio, pero tan fácil como decir Selamat Pagi y las sonrisas acuden a sus rostros, recodandonos que Yogja es diferente, Yogja es Yogja.



La otra cualidad de Yogja y la que me tiene atrapado empieza con dos nombres, Luqi y Bintang. 
La historia comienza en el tren nocturno que conecta Bandug con Yogja, ente dos vagones de segunda clase. Hay es donde conocí a Luqui, estudiante universitario e ilustrador, que no dudo en ofrecerme un cuarto en su casa, por el tiempo que quiera. Bintang, su compañero de piso y estudiante de etnomusicologia, encantado de que mis 2 o 3 días se hallan convertido en 2 o 3 semanas.
GRACIAS




Yogja es el alma del ARTE indonesio, caldo de cultivo de artistas, creadores y pensadores. Una ciudad donde vivir del arte no es una utopia sino una realidad y donde a poco que te muevas la gente te valora y puedes participar de los procesos creativos con bastante facilidad. 
Poner un pie o mejor dicho meter el dedo hasta el fondo activa la energía creadora que todos tenemos. Las ideas se disparan, las coincidencias mágicas se suceden en cada casa, en cada ricon (un saludo Marta). 

Y así como me paso con Varanassi, en Yogja estoy seguro que pronto pasare una larga temporada.



2 comentarios:

  1. que tal carlos sin novedad todo bien espero que no te haya afectedo el sunami un saludo cariñoso desde españa de manolo

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  2. Hola Manolo, pues no, no me ha tocada tsunami... una pena porque queria verlo, aunque por lo visto la ola no a superado los 15cm de altura, vamos una mierdecilla de tsunami...

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